PROSTITUCIÓN ¿MEJOR ILEGAL?

Sobre la prostitución.



Polígonos industriales, parques, incluso ciertas calles de los cascos urbanos, sirven de escaparate para que los señores (sí, también existe prostitución masculina, como vemos aquí la prostitución femenina no es la única) y señoras que cambian sexo por dinero, muestren su “producto” a los potenciales clientes.

Se supone, que la prostitución es ilegal en este país, pero no conozco a nadie, que no halla visto nunca (hablo de verlo, no de participar de él) el comercio del sexo.

Existe toda una red de mafias que obligan a mujeres a ejercer este negocio, y contra eso, hay que luchar… pero… ¿Qué pasa con las personas que lo ejercen de manera voluntaria? ¿Debemos meter en la cárcel a aquellas personas que cambian sexo por dinero? ¿Hasta qué punto es diferente, y por qué, una persona que ofrece sus servicios como masajista, de una persona que ofrece sus servicios como prostituta? ¿Cuál es el límite que las divide? Ambas cosas (masaje y sexo) pueden ser placenteras, relajantes, ó incluso terapéuticas. ¿Dónde está de verdad la diferencia? ¿Qué hace que la sociedad no las considere igual? ¿Qué es más moral, ver como matan a alguien a través de la televisión, o ver como dos personas practican sexo?

Hay una realidad social, innegable. La prostitución, es una ilegalidad, muchas veces consentida. ¿Por qué? Pues porque muchos de los que tienen que aplicar esa legalidad son clientes anónimos de esos servicios.

Ya que el negocio del sexo, va estar ahí alimentado por todas las capas sociales, se haga lo que se haga… ¿No podría legalizarse? A lo mejor, se podría hacer pagar a esa gente unas cuotas a la seguridad social (como hace cualquier profesional de cualquier ramo) y obligarla a pasar unos controles médicos que les certifiquen como aptos/as para el trabajo que realizan (como se hace con otros muchos trabajos)

Para estas personas, les permitiría:

-1º Tener una cobertura médica especializada.
-2º Disfrutar de los mismos derechos que cualquier trabajador.

Para el estado, (y más en tiempos de crisis) otra fuente de ingresos.

Se podría definir en qué lugares y bajo qué condiciones puede ejercerse esta profesión, y dónde no. Si quienes cumplieran la normativa tuvieran unos certificados de higiene y calidad, y quienes no la cumplieran no los tuvieran, ó les fueran retiradas dichas certificaciones… tal vez fueran los propios clientes quienes hundieran la “prostitución ilegal” y los propios profesionales los que buscaran cumplir con la normativa… y terminar así con el bochornoso espectáculo de tener que ver a señoras que no llevan más abrigo que el maquillaje de la cara, ofreciendo sus servicios a todo viandante que ellas se acerca.

¿Qué pasa ahora?

Ahora, estas personas, no pasan ningún tipo de control médico. Sus clientes, que muchas veces son respetables padres de familia, le pegan las enfermedades contraídas (cuando esto sucede) a sus mujeres e incluso a otras prostitutas que continúan extendiendo las mismas entre sus clientes.

Como acudir a un local, o a un polígono industrial, o al parque de una ciudad, no va a suponer ninguna diferencia en cuanto a la higiene o calidad del servicio, al público de estos servicios, le da igual acudir a un lugar que a otro (salvo casos concretos que buscan discreción). Lo que hace que podamos encontrarnos a señoras en paños menores o sin ellos, agarrándonos del brazo mientras pasamos por una céntrica calle, ofreciéndosenos por dinero. Y eso, visto a los ojos de un adulto, quizá resulte sórdido, pero visto a los ojos de un niño… ¿Cómo resulta?

Me gustaría saber a quien perjudica, y porqué, la legalización de la prostitución.